martes, 22 de abril de 2014

Más espeso que el agua



La estatal sueca SVT puso al aire esta serie de una temporada única de 10 capítulos, entre enero y marzo de 2014. Se trata de una comedia dramática con un interesante caudal de intriga que fue creciendo con los correr de los capítulos.

Anna-Lisa (Stina Ekblad) vive en su casa, que a la vez es una posada de huéspedes. Ella es viuda, madre de tres hijos:Oskar (Joel Spira), es el único que está casado, y junto a su esposa e hija, vive y trabaja en la posada; Lasse (Björn Bengtsson) es el mayor, separado y con una hija, vive en Estocolmo, y también se dedica al rubro gastronómico. Abandonó la casa de sus padres de joven, ahora está divorciado, y tiene algunas deudas en su negocio que no lo dejan dormir tranquilo. Jonna (Aliette Opheim) es la hija mujer que se dedicó a la actuación. Está de novia con un director de teatro, se gana la vida trabajando en obras menores, y sueña con que se concrete una oferta de un papel importante que le han ofrecido recientemente

Los hijos deben acudir a su casa ante el insistente llamado de la madre. Ellos hace años que no se encuentran, tienen una relación distante, fría, y con algunos asuntos pendientes de aclarar. Esta parece ser una regla fija de la historia: ningún personaje parece estar en condiciones de arrojar la primera piedra, y los secretos e intrigas que existen entre todos ellos entretejen una telaraña de puede dejar atrapado al primero que de un paso en falso. La madre es protagonista de gran parte de estas historias, y no es casual el motivo ni el momento de la convocatoria.

Al comenzar de la serie, se precipitarán acontecimientos que forzarán la convivencia de los tres hermanos después de tantos años. Será el momento de probar la resistencia de la telaraña.



Acotada, mesurada, y justa en todos sus aspectos, este drama familiar, por momentos roza el relato oscuro, por otros juega con la ironía y el sarcasmo de algunos de sus personajes, mientras que a la vez se refresca con la presencia de jóvenes adolescentes que si bien no pueden estar al margen de los conflictos que los rodean, tampoco le escapan al fluir de sus instintos e intereses.

La locación utilizada es un aspecto distintivo de la serie. La trama transcurre en Åland, es un archipiélago de miles de islas, islotes y escollos, que constituye una región autónoma y desmilitarizada de Finlandia, de habla sueca, situada en la entrada del golfo de Botnia, en el már Báltico. La serie transcurre en el verano, que es cuando la posada se encuentra abierta para recibir huéspedes. Un verdadero paraíso para la vista, la fotografía y el contacto con la naturaleza son una constante que marca un sello de calidad, al igual que lo cuidado de la apertura y la banda sonora. Más información de Åland aquí.

Escrita por Henrik Jansson-Schweizer (Häxdansen), dirigida por Erik Leijonborg (Tusenbröder, Van Veeteren, Maria Wern), Molly Hartleb (Ängelby, Kommissarie Winter), Anders Engström (Morden, Vares, Wallander) y Anette Winblad.



Televisión estatal sueca: http://www.svt.se/tjockare-an-vatten/

sábado, 11 de enero de 2014

El puente - 2da Temporada



El puente es una serie coproducida por las televisiones estatales de Suecia y Dinamarca. Su emisión de los domingos a las 21 hizo trepar a picos de 42 puntos de audiencia en pantalla en Dinamarca, y fue vista por más de 900.000 personas en la región. Con dos años de diferencia, se emitieron dos temporadas de diez capítulos entre octubre y noviembre de 2011 y 2013.

El comentario de la primera temporada se fue tratado en una entrada anterior, aquí en nuestro blog. Recién acabada la segunda, vamos a por ella.

Con marcados elementos de imagen y diseño escandinavo, esta segunda etapa retoma los hilos del final de la anterior. Un nuevo hecho policial que involucra a las dos orillas reanuda la colaboración de ambas policías, y es entonces que Saga y Martin vuelven a encontrarse.

Un año ha pasado desde la última vez que ellos dejaron de verse, y (con permiso) vaya que ha corrido agua bajo el puente. Martin se recupera de la pérdida de su hijo en manos de un asesino impiadoso, y su vida de relación está hecha pedazos. Continúa trabajando para la policía, y al amparo de su jefa logró escapar de la gestión callejera para ocuparse de tareas de coordinación con las demás agencias europeas. Saga vive con su novio, con las salvedades que la compresión del término signifiquen para uno y otro: él es un hombre dedicado al negocio del comic, que se muestra atento y tierno con ella, quien a su vez, sólo se muestra apasionada cuando tiene sexo de casi manera fisiológica.



En esta segunda entrega, los actores mantienen de manera algo despareja los rasgos de la temporada anterior. Martin se deja ver golpeado por tragedia. Hay un gesto dramático que el actor Kim Bodnia lleva adelante con buen despliegue, a la vez que se muestra como un policía algo tosco y directo, para lo que el estándar protocolar danés pudiera preverse. El personaje de Saga compuesto por Sofia Helin es en principio simpático, pero con el correr de los capítulos se vuelve algo forzado, y hasta a veces, poco creíble. Existe en internet un divertido debate acerca de si ella padece el Síndrome de Asperger, una especie de autismo de alto funcionamiento, con importantes dificultades para interactuar socialmente, expresar sentimientos, y manejarse con sutileza, acompañado a la vez por un nivel de inteligencia por encima del promedio. Nada de eso se dice en la serie, pero es claro que los guionistas hicieron su asado con este rumor, y llevaron hasta un extremo poco razonable el desempeño de la actriz.

Al igual que en la temporada anterior, la acción se desarrolla en la zona fronteriza entre Malmö y Copehague, y los actores hablan cada uno en su lengua nativa. Se sabe que estos lugares, la convivencia entre orillas ha acercado las sutiles diferencias idiomáticas de los dos países, aunque en la serie estas barreras se muestran algo más permeables que en la realidad. Dispersos son los momentos en los que los actores se corrigen mutuamente alguna pronunciación defectuosa. Detalle sólo detectable por fanáticos o lugareños.

Ya habíamos adelantado al final de la entrada de Bretel sobre la primera temporada que se venía una versión yanqui en la zona de El Paso y Ciudad Juárez. Claro, una cosa es una frontera entre Suecia y Dinamarca, y otra muy distinta es entre Estados Unidos y México (¿no se les ocurrió hacerla en la frontera norte, con Canadá, o es que allí los crímenes no tienen el punch cotidiano necesario como para encarar una serie televisiva?) La temporada 1 de The Bridge terminó en octubre del 2013, y ya arrancó la segunda. Lo que comenzó ni bien se estrenó la serie, fue la polémica en toda la zona de influencia mejicana. El medio local de Ciudad Juárez, en su nota de julio de 2013 titula: “Ofende la serie The Bridge a Ciudad Juárez” . En la misma, el alcalde local Héctor Murguía Lardizábal sostiene: “Hoy tenemos que ser muy claros que lo que afecta a Juárez, nos afecta a nosotros, a los que no tienen nada, por ello no se puede permitir que programas como estos o que personas que están llenos de comodidades y son insensibles a los problemas de los demás critiquen a la ciudad sin bases ni fundamentos.” También advirtió que“podría interceder ante las autoridades diplomáticas de México para protestar en contra de la nueva serie de la cadena Fox”. Más aquí y aquí.



Hay varios estudios que intentan explicar las supuestas altas tasas de suicidios en los países que ostentan el mejor nivel de vida global. También existen numerosos trabajos de científicos sociales que sostienen que el frío extremo y la poca luz en invierno inducen a las personas a quitarse la vida. Sin embargo, países con climas sumamente diversos como Finlandia, Uruguay y Bután aparecen juntos en el ranking de muertes auto infligidas, separados por algunos dígitos decimales. En un estudio particular de los Estados Unidos, Hawaii ocupa el segundo lugar en términos de satisfacción de vida, y el quinto en cantidad de suicidios; Nueva Jersey está en el puesto 47 de ambas métricas.

En el caso nórdico en puntual, una explicación interesante podría ser algo así como que “una persona infeliz rodeada de personas felices se siente aún peor”. Mal de muchos, se dice en el barrio. La realidad es que si se estudian en detalle estadísticas serias, se ve que la situación en la Escandinavia toda no es la más grave, e incluso la tendencia de suicidios ha ido disminuyendo con el correr de las décadas.

¿De dónde viene entonces esta creencia de que en Suecia la-gente-se-suicida?

Algunos atribuyen la instalación de esta idea a una nota que en 1960 publicó el diario New York Times, con datos tomados a partir de 1957, acerca del suicidio en el mundo. En aquel entonces, pocos países tenían estadísticas confiables que mostrar, salvo algunos pocos, como Suecia, que quedó sexta en el ranking, tras Japón, Austria, Dinamarca, Finlandia y Suiza.

La nota tiene una cronología casi paralela con el discurso del entonces presidente norteamericano Dwight D. Eisenhower, quien vinculó el incremento de los suicidios en Suecia con… el socialismo. En esa oportunidad, el mandatario mencionó como “experimento” al “casi completo paternalismo del sistema socialista sueco, que fue el responsable de la mayor tasa de suicidios durante la década de 1950”. Como explica la Dra. Julie Olander en su trabajo “El descenso del suicidio en Suecia: 1950-2000” “la expresión de Eisenhower es más una declaración política del líder militar de la II Guerra Mundial que un razonable análisis de las causas del suicidio.”

Se supone que todo esto alcanzó para construir el concepto generalizado de que allí la gente se quita la vida si descubre que se quedó sin aceite un domingo por la noche. Ahora ya se puede conectar rápidamente Suecia y suicidio. Haga la prueba, busque en la internet, y se podrán leer comentarios del tipo: “…como se sabe, un país con una alta tasa de suicidios…”. Algo similar sucederá si la búsqueda es “Francia perfumes ducha” o “Tailandia turismo sexual”

Como sea, si se consume con mediana frecuencia series o filmes del género policial escandinavo, el suicidio como componente del guión aparece, del mismo modo que es infrecuente toparse con relatos en los que se presente el crimen de bandas o la convivencia entre la policía y el narcotráfico. Cada región gusta de mostrar lo que le sucede o lo que le conviene, aunque algunas veces (de algo se habló aquí) el mensaje resulte confuso o contradictorio.



Así como los pulloveres de Sarah Lund en la excelente Forbrydelssen, aquí el Porsche 911 de Saga constituye un fetiche que impulsa el debate entre los seguidores y detractores de la protagonista. También su forma de atender el teléfono ("Saga Norén, Länskrim Malmö") es furor en internet y popular sonido de celular. No es de extrañarse que tras el rotundo suceso que tuvo la serie danesa (que ya va por su tercera temporada), los productores hayan visto luz y pensaron en otra señorita policía con problemas en su vida privada. Tal vez el desacierto fue pensar demasiado en cómo lograr un producto vendible fronteras afuera. Aquel sutil dejo noir al que nos tienen acostumbrados los policiales nórdicos ha sido dejado de lado, a la vez que la complejidad de la trama pareciera haber pasado por un tamiz para hacerlo más asequible al gran público globalizado.

La cuestión a dirimir es si habrá o no una tercera entrega. Habrá que esperar hasta 2015.



Televisión estatal danesa: http://www.dr.dk/dr1/broen/
Televisión estatal sueca: http://www.svt.se/bron/