miércoles, 14 de enero de 2009
Vicky Cristina Barcelona
Vicky (Rebecca Hall) y Cristina (Scarlett Johansson) viajan a Barcelona por distintos motivos. Vicky desea ampliar sus conocimientos en la cultura catalana y Cristina decide acompañarla para cambiar de aire luego de pasar los últimos seis meses trabajando en un corto y además, como manera de refrescar el mal trago de su última desventura amorosa. Esto se sabrá rápidamente gracias a una voz en off que cuenta exactamente esto, además de describir las diferencias y similitudes de ambas: muy amigas desde la universidad, comparten gustos similares en el quehacer cultural, pero eran bien distintas en el terreno del corazón. De hecho, Vicky está comprometida, habla frecuentemente con su novio (un típico habitante de la gran ciudad norteamericana, muy adaptado a su timing) y es emocionalmente conservadora. Cristina, más aventurera, se arriesgaba en esto del romance diferente aunque recurrentemente doloroso.
Hechas las presentaciones del caso, se instalan en la casa de unos amigos, un matrimonio que se muestra como una pareja rodeada de felicidad. Al poco tiempo de llegar, comienzan las salidas culturales, las recorridas por la bella Barcelona, y algún que otro evento preparado por la pareja que incluye un galán de turno para presentarle a Cristina, mientras Vicky consume el tiempo en absorber todo el bagaje cultural catalán posible. Finalmente, en una cena se produce el encuentro con Juan Antonio (Javier Bardem), un artista reconocido que arrastra un divorcio en apariencia mediáticamente escandaloso.
Lo que sigue será una historia en la cual el galán interactúa con las amigas, observando y aprovechando las diferencias de ambas. Y es que esta es una película que se encarga de mostrar maravillosamente bien las diferencias. En algún momento el novio de Vicky viaja a Barcelona, y allí se encuentran con un amigo de él y su pareja. Los cuatro deciden compartir una cena, y allí se ven las grandes diferencias del modo de vida europeo y el norteamericano. Más allá de la distancia en el estrés con que viven las vacaciones unos y otros, se detalla la obsesión por la vida material y los conceptos de éxito y fracaso, tan comunes en la cultura norteamericana, versus una actitud más contemplativa, y en apariencia, más espiritual por parte de los europeos. Pero nada es como parece.
Las parejas del viejo continente adolecen de falta de estímulos y sensibilidad, más allá del lujo o el bello paisaje que los rodee. De alguna manera, las fachadas de estabilidad emocional caen, y como las obras de Gaudí, dejan entrever un costado oscuro y dramático. Y en una película dónde, como dije, las diferencias son la estrella, la única similitud aparente es la insatisfacción.
Scarlett Johansson demuestra que es absolutamente bella, hasta cuándo se despierta y no cuenta con una gota de maquillaje encima. Su andar cansino y vacilante la muestra como un estándar de chica natural, que a la vez esconde mil y un secretos. Rebecca Hall compone un papel preciso y detallista, el de una mujer contenida y propuesta a ser feliz más allá de los costos. Javier Bardem hace de dandy, y le sale genial. La frutilla del postre es Maria Elena (Penélope Cruz), en el papel de una impredecible ex mujer, despechada e histérica y con toda la España a cuestas.
Me ha gustado mucho esta película, a diferencia de las anteriores de Woddy Allen. Es fresca, divertida y con mucho para leer. Quien quiera resumirla como una comedia de amores de verano no estará lejos de darle en el blanco.
Para redondear, hay un detalle interesante. El de las chicas comunes que protagonizan el film. Vicky es estudiante, Cristina guionista. Viajan a Barcelona de vacaciones y a por cultura. Hay viajes, cenas, hoteles de lujo. En algún momento de la película, una de ellas va a pasar unos días a París, “porque está deprimida”. El novio de Vicky viaja a su encuentro y pasa con ella una cantidad indefinida de tiempo, y todo sigue en el mismo ritmo. Y en ningún momento de la hora y media de película se hace mención a lo único que puede movilizar todo eso: el dinero. No hay un solo detalle de costos, de pagar, de plata, como que se busca el sobreentendido que no falta, más bien que sobra, y que la arista importante de la vida en realidad pasa por otro lado. Es entonces cuando uno debe replantearse lo de “chicas comunes” y empezar a mirar con más detenimiento de dónde es que proviene el otro protagonista, el que no figura en los créditos, la insatisfacción. Y ahí me quedo pensando que nos habrán querido decir realmente, si se trataba de una historia en la que la plata no importa, o si es la verdadera culpable de todo.
Imdb: http://www.imdb.com/title/tt0497465/
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