domingo, 22 de febrero de 2009

El río congelado



Massena es una localidad al norte del estado de Nueva York, en los Estados Unidos, al borde del límite fronterizo con Canadá que establece el río St. Lawrence. Ray (Melissa Leo) vive en una modesta casa del tipo premoldeado, como muchas de las que hay en el lugar, junto con sus dos hijos, T.J (Charlie McDermott) y el pequeño Ricky (James Reilly).

Justamente la vivienda de Ray se acerca al fin de su vida útil, acosada por los duros inviernos del lugar. Y la película comienza con la nueva casa que por fin llega, en un gran camión de transporte, y en medio de la alegría de la familia. Pero el último pago de la vivienda está pendiente, ya que un atraso en el envío de dinero del ausente padre nunca se concretó, y siendo ésta una condición indispensable para la entrega, el conductor del camión se marcha, con la casa y las ilusiones sin desembalar.

Así, y más dura aún, está planteada la vida de Ray y sus dos hijos, en medio de un clima hostil, por la temperatura tanto social como la que marca el termómetro. Ray se esfuerza en todo, en arropar a sus hijos para que vayan a la escuela, en contar las últimas monedas para que tengan para el almuerzo, y en tapar cuánto agujero aparezca, reservando las lágrimas sólo para los momentos de soledad. T.J. es muchacho de quince años que cuestiona a su madre como buen adolescente, instándola a que vaya a buscar a su padre, a quien tiene como un fuerte referente y pidiéndole que le deje conseguir un trabajo que, según él, le permitirá ganar más dinero que el que ella gana.

Es duro el pronóstico para Ray, que debe obtener pronto el dinero para pagar la última cuota de la casa o perderá el depósito. Solicita trabajar en doble turno para ganar algo extra, pero no lo consigue, a la par que la relación con su hijo se tensa cada vez más. En estas circunstancias conoce a Lila (Misty Upham), una indígena que vive en la reserva mohicana establecida en el lugar. Lila está integrada como puede a la civilización dominante, alternando sus ocupaciones entre la indigencia y la ilegalidad. La relación entre ellas, que comienza de manera algo violenta se irá encajando con el tiempo, dando lugar a una sociedad a la que Ray se verá empujada por la urgencia de su situación.





Hay una belleza natural en el paisaje, y un pausado tratamiento del relato, que no diluye en absoluto su espesor dramático. El rostro al natural de Melissa Leo la muestra como es: una actriz de enorme calibre, a la altura de esta primera gran obra de Courtney Hunt, que entre tantos premios, se alzó con el gran premio del jurado del Sundance del 2008.

El río St Lawrence, congelado en el invierno, constituye una perfecta y a la vez terrible analogía de la vida de Ray. La dura capa de hielo puede permitir el tránsito de vehículos, pero las grietas siempre son una fuerte amenaza que puede resquebrajar el entorno todo y dar lugar a la tragedia. Ray sabe que soporta sobre sus espaldas el destino de sus hijos, y no puede permitirse la más mínima rajadura. A la vez, intenta mantener una armonía familiar que no puede escapar de un sistema que todo ofrece a cambio de un poco de dinero de anticipo, y luego va quitando de a uno los eslabones de la cadena que unen a la frustración y al fracaso.

Massena tiene sus propias reglas, y como buen lugar alejado de las urbes, el trato de la policía, tanto estatal como indígena para con la gente del lugar es destacable. Pero también hay leyes, que parecen inquebrantables. Una es la del mercado, que como un centinela nos recuerda cuando no cumplimos las obligaciones creadas por el sistema mismo. Otra es la ley de los principios y la dignidad de Ray, imposibles de quebrar y a la vez, capaces de soportar más peso que todo el hielo del planeta.

Imdb: http://www.imdb.com/title/tt0978759/

martes, 17 de febrero de 2009

El lector



Del director Stephen Daldry, aquel que llevó a cabo la brillante Las horas, llega su última película, El lector, un film situado en la Alemania post segunda guerra mundial.

Michael (David Kross) es un adolescente que de vuelta del colegio, visiblemente enfermo y empapado por un aguacero, se pone a resguardo en la entrada de una casa de departamentos. En ese instante irrumpe Hanna (interpretada por mi esposa Kate Winslet) quien lo asiste, y una vez recuperado, se ofrece a acompañarlo en un tramo del camino de regreso a casa. Hanna se presenta como una mujer sumamente atenta con el chico, pero de carácter rústico y poco afable. Michael se verá rápidamente atraído por esa mujer, mucho mayor que él, a la que visitará frecuentemente dando inicio a una relación tan apasionada como difícil.

La película está planteada con un continuo ida y vuelta en el tiempo, en el que vemos a un Michael adulto (Ralph Fiennes), ya abogado, gozando de una posición económica acomodada como fruto de su educación, en duro contraste con la primitiva naturaleza de Hanna. En estos viajes a través del tiempo, también se deja ver que Michael tiene una hija, pero que no pudo llevar adelante una vida de pareja que lo satisfaga.

Algunas verdades serán develadas a lo largo del film, y significarán una bisagra tanto en la relación como en las vidas de ambos. Bruno Ganz tendrá dos papeles en el film: será el profesor que guíe a Michael en los temas del derecho, y a la vez la voz de la conciencia que intentará mantener el film equilibrado en términos de corrección política. Completa el reparto Lena Olin en una intervención corta y muy justa.





Esta película se suma a las últimas que han aparecido (La caída, La vida de los otros, Los falsificadores) en un intento de menguar la culpa de una sociedad europea que se debate entre lo correcto y lo conveniente. Un suceso terrible del holocausto es conocido a través de la publicación de un libro, y allí se disparan los resortes de una moral que siente que debe reaccionar rápidamente y de manera ejemplar. Ante un hecho, una reacción, de ser posible lo suficientemente contundente como para dejar balanceada la conciencia de la culpa colectiva versus la responsabilidad que le compete a una nación que, no viendo el huevo de la serpiente, dejó crecer al monstruo hasta que se hizo incontrolable. Y es un jóven compañero de estudios de Michael quien reacciona frente a esto, escupiendo en el rostro de una sociedad hipócrita, que las responsabilidades de todos no se limpian con la condena de pocos.

El jóven tendrá un mínimo espacio en la pantalla, tal vez como para intentar dejar sentado desde la dirección del film, que se mostró que había otros elementos para considerar. "¿Quién lo sabía?", "¿Qué sabían?" (refiriéndose al holocausto) "Todos lo sabían. Nuestros padres, nuestros profesores. ¿Cómo pudieron dejar que sucediera? ¿Porqué no se suicidaron cuando lo descubrieron?"

Kate Winslet pone el cuerpo una vez más y se pone al hombro el film, aún cuándo el guión destila la moralina más utilizada en los últimos tiempos, pero no alcanza. Ralph Fiennes compone a un hombre indeciso, débil, quizás marcado por las palabras de su compañero por el resto de su vida. O tal vez por la culpa, la misma culpa que se le chorrea a la película por los cuatro costados.

Imdb: http://www.imdb.com/title/tt0976051/

viernes, 13 de febrero de 2009

Puntos de vista



Película que quiere hacernos creer que los terroristas son tan grosos como para armar un atentado contra el presidente de Estados Unidos (en plena cumbre contra el terrorismo, ahá), pero a la vez tan imbéciles como para terminar arruinando todo el plan porque se pelean entre ellos. Hay un intento con tratar de contar la película desde distintas miradas, que son las de los actores fundamentales, pero no alcanza. Por el resto, se cumplen las premisas más utilizadas en las películas norteamericanas (los niños y las mascotas no mueren, debe haber persecuciones callejeras con peatones ilesos), con lo cual el film puede alcanzar el estante de pochoclero en cualquier video club amigo.

Imdb: http://www.imdb.com/title/tt0443274/