martes, 17 de febrero de 2009

El lector



Del director Stephen Daldry, aquel que llevó a cabo la brillante Las horas, llega su última película, El lector, un film situado en la Alemania post segunda guerra mundial.

Michael (David Kross) es un adolescente que de vuelta del colegio, visiblemente enfermo y empapado por un aguacero, se pone a resguardo en la entrada de una casa de departamentos. En ese instante irrumpe Hanna (interpretada por mi esposa Kate Winslet) quien lo asiste, y una vez recuperado, se ofrece a acompañarlo en un tramo del camino de regreso a casa. Hanna se presenta como una mujer sumamente atenta con el chico, pero de carácter rústico y poco afable. Michael se verá rápidamente atraído por esa mujer, mucho mayor que él, a la que visitará frecuentemente dando inicio a una relación tan apasionada como difícil.

La película está planteada con un continuo ida y vuelta en el tiempo, en el que vemos a un Michael adulto (Ralph Fiennes), ya abogado, gozando de una posición económica acomodada como fruto de su educación, en duro contraste con la primitiva naturaleza de Hanna. En estos viajes a través del tiempo, también se deja ver que Michael tiene una hija, pero que no pudo llevar adelante una vida de pareja que lo satisfaga.

Algunas verdades serán develadas a lo largo del film, y significarán una bisagra tanto en la relación como en las vidas de ambos. Bruno Ganz tendrá dos papeles en el film: será el profesor que guíe a Michael en los temas del derecho, y a la vez la voz de la conciencia que intentará mantener el film equilibrado en términos de corrección política. Completa el reparto Lena Olin en una intervención corta y muy justa.





Esta película se suma a las últimas que han aparecido (La caída, La vida de los otros, Los falsificadores) en un intento de menguar la culpa de una sociedad europea que se debate entre lo correcto y lo conveniente. Un suceso terrible del holocausto es conocido a través de la publicación de un libro, y allí se disparan los resortes de una moral que siente que debe reaccionar rápidamente y de manera ejemplar. Ante un hecho, una reacción, de ser posible lo suficientemente contundente como para dejar balanceada la conciencia de la culpa colectiva versus la responsabilidad que le compete a una nación que, no viendo el huevo de la serpiente, dejó crecer al monstruo hasta que se hizo incontrolable. Y es un jóven compañero de estudios de Michael quien reacciona frente a esto, escupiendo en el rostro de una sociedad hipócrita, que las responsabilidades de todos no se limpian con la condena de pocos.

El jóven tendrá un mínimo espacio en la pantalla, tal vez como para intentar dejar sentado desde la dirección del film, que se mostró que había otros elementos para considerar. "¿Quién lo sabía?", "¿Qué sabían?" (refiriéndose al holocausto) "Todos lo sabían. Nuestros padres, nuestros profesores. ¿Cómo pudieron dejar que sucediera? ¿Porqué no se suicidaron cuando lo descubrieron?"

Kate Winslet pone el cuerpo una vez más y se pone al hombro el film, aún cuándo el guión destila la moralina más utilizada en los últimos tiempos, pero no alcanza. Ralph Fiennes compone a un hombre indeciso, débil, quizás marcado por las palabras de su compañero por el resto de su vida. O tal vez por la culpa, la misma culpa que se le chorrea a la película por los cuatro costados.

Imdb: http://www.imdb.com/title/tt0976051/

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