jueves, 16 de septiembre de 2010

El refugio



Julianne Moore es una de mis (pocas, poquísimas) debilidades. Allí donde aparezca, estaré presente dando curso a mi militancia como espectador. Pero debo decir que lo último que vengo viendo de ella no pega bien en los números, y más allá de su buen desempeño actoral, las producciones son en general bastante flojas.

El refugio es una interesante muestra de producto de molde. Toda la película se desarrolla en función de una pauta precisa y exacta de producción que hace que funcione a la perfección para el fin previsto, esto es, una cinta de suspenso y misterio con toques místicos. Ya desde los títulos iniciales se delinea el recorrido y casi no hay huecos por donde distraerse de este objetivo. No confunde en ningún momento, casi no hay un instante de humor o romance que pudiera hacerle pensar a Usted que esta mirando otra cosa. Eso es para el cine-arte, vió, cuando a uno le ponen una escena media risueña en una peli que venia de hachas y desmembramientos. Entonces Usted empieza a dudar si aquella escena no vendría a ser una metáfora o un simbolismo de tal o cual cosa, y ahí comienza a interpretar que nos habrá querido decir el director con eso, si no será una crítica a la sociedad de esto o aquello, y tal vez… No, un momento. Eso que Usted está haciendo se llama pensar, y esta película no fue hecha para eso, se concibió para ser disfrutada, nada más, y así como está. Así que nada de escenas confusas o movimientos de cámara desajustados, el tono de este trabajo transita por el misterio, y hacia allí hay que dirigirse sin dobles discursos.

Una vez que el espectador encuentra su lugar frente a la pantalla, la película transcurre sin fisuras, hay que decirlo. De eso se trata el manual de estas producciones. Como ya se conoce lo exitoso y lo falaz, la senda se mantiene por terreno seguro, y son muy pocas las posibilidades de caer en el barro. Es una forma de hacer arte sin riesgo, y esto no solo involucra al cine, sino también a muchas otras disciplinas. Con la música se puede hacer lo mismo. ¿Quiere hacer un hit para pegar en la radio?, anote:

  • La introducción no debe durar más de 15 segundos
  • Debe sonar tan fuerte como la compresión dinámica lo permita
  • El estribillo debe aparecer antes del minuto y medio
  • En lo posible formato Intro AABABB Fin
  • Mantenerse en la tonalidad, o modular sencillo, nada de vanguardismo
  • Cualquier solo entre estribillos no debe exceder los 8 compases
  • La duración total del tema no debe exceder los 3 minutos y medio

No sigo; si bien no es la fórmula de la coca cola, no es cuestión que alguna multinacional de la música se ofenda y nos hagan caer el bretel.

Mucho de esto sucede en El refugio. Como en toda película de este género, la música nos anuncia cuándo viene la escena importante o bien cuando hay que asustarse, los niños y los perros no mueren, el que tose pasados los 20 minutos de proyección no llega al final, el científico que no cree en otra cosa que en su ciencia termina pidiendo turno con el manosanta, la mirada a cámara en la escena final para darte más miedo, etc, etc, etc. Casi no quedaron tics por saltear, se consumieron uno a uno como los entrenadores agotan los cambios en sus equipos para optimizar el juego. Cada cinco minutos, un toque, y así el espectador se mantiene alerta y el código con el cine funciona.



La pregunta sería entonces: ¿hay algo de malo en esto? La gran mayoría del tiempo todos nosotros nos movemos por terrenos seguros: viajamos por los mismos caminos o medios de transporte, comemos a diario comida que conocemos y sabemos de antemano que sabor tiene, leemos a los mismos cronistas en los mismos periódicos o radios, nos vestimos combinando colores con resultados de éxito conocidos, escuchamos música de artistas que sabemos como suenan, y si vamos a los recitales, el momento más esperado es ese tema que sabemos de memoria porque hemos escuchado miles de veces… podríamos seguir. Entonces, ¿porqué hemos de ser tan exigentes con el cine, cuando gran parte de las decisiones de nuestra vida están regidas por el nivel de seguridad que nos reportan? ¿Por qué si hacemos de nuestra cotidianeidad un derrotero de transgresión e innovación, no tardaremos en sucumbir ante el snobismo o la mirada absorta del resto?

Bien, una respuesta tal vez sea que uno no mira cine con la misma actitud que come pizza. Aún así, cada vez que voy al dentista me devoro esas espantosas revistas de chimentos que no solo juro que jamás compraría, sino que cada vez que las veo en un puesto de ventas, las maldigo hasta el fin de los infiernos. Son quizás demasiadas las situaciones diarias en las cuales el riesgo nos obliga a decidir por lo seguro; entonces nos rendimos ante aquello menos distintivo. Pero así como a veces uno escucha decir “tengo ganas de ver algo para divertirme”, desde este alcázar sostenemos que los hechos artísticos deben ser claramente distinguidas de las contribuciones al mercado. O por lo menos, etiquetadas correctamente: "Esta película no provoca contradicción alguna en género ni induce a ningún tipo de reflexión posterior"

Imdb: http://www.imdb.com/title/tt1179069/

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