domingo, 21 de abril de 2013

El secuestro




Se deja ver que Peter es un ejecutivo de alta gama. La oficina es su ámbito natural, más precisamente la sala de reuniones, de un austero amueblado que evita distraer la atención de lo importante. En estos sitios, Peter se mueve como pez en el agua, y mejor aún nada cuanto más grande es la presión que deba soportar. Como un espejo refleja esa fuerza que cae sobre él y puede hacérsela sentir a quienes tiene enfrente, devolviendo el favor, y llevando adelante aquella premisa del ancestral aikido de utilizar la fuerza del oponente a su favor.

Mikkel es un cocinero y trabaja en un barco. Habla por teléfono con su esposa que está esperándolo en su casa, y con recaudo le adelanta que su llegada se retrasa. Ella se queja, él se defiende como puede, la vida en el mar a veces tiene esas cosas. Le endulza el oído con piropos. Habla con su hija pequeña, pero sabe que el diálogo no es muy fluído a esa edad.



Mikkel es cocinero en un barco carguero que pertenece a la empresa en la que Peter es director ejecutivo. Casi dos extremos de una larga soga que pertenece vaya a saber a quien, pero de tan larga no puede evitar surcar calles, barrios y clases con holgura. Van a tener algún contacto. No deseado, por cierto.

Secuestro (Kapringen) es lo último que ha salido a la luz del director Tobias Lindholm, quien se inició como guionista y es además un frecuente colaborador de Thomas Vinterberg. Es la historia de la negociación que sucede al secuestro de un barco en aguas del Mar de la India; un relato en el que el protagonista principal es la tensión a ambos lados de la línea que une (como la soga) los dos extremos en pugna. Peter es Søren Malling, quien es reconocido por su rol del detective Jan Meyer en la primera temporada de Forbrydelsen. Mikkel es Johan Philip Asbæk; trabaja en el cine y la televisión danesa desde 2008.



El filme es revelador en varios aspectos, si el espectador no relaja su ojo y ve en los preconceptos que abundan en él las claves del entrado dramático. Los secuestradores son (¿seguirán siendo?) somalíes; se los ve violentos, mal vestidos, apenas pueden comunicarse con los aterrados rehenes vía gestos y a punta de fusil. Sólo uno de ellos habla inglés, y es quien oficiará de negociador. Su nombre es Omar, y a diferencia del resto, se esfuerza por remarcar que él no es un secuestrador, que está siendo forzado a realizar su trabajo. Peter ya se ha descripto como un hábil ejecutivo, maestro en el arte del lenguaje gestual y prolijo hasta la médula, que parece manejarse de la misma forma con todo su entorno: con sus empleados, con quienes negocia, con los familiares de los rehenes que le piden que pague el rescate de una buena vez, y con su esposa que cada tanto pasa a visitarlo a su oficina.

Hay una pregunta que parece banal, pero que puede ser la clave de la película: ¿quiénes son los violentos? Al comienzo del conflicto se presenta a un negociador profesional, el señor Connor Julian, (nota: que en la vida real no es un actor, sino ¡un experto de seguridad en la materia!), pero que a pesar de ser danés, habla en inglés todo el tiempo, y hasta en un momento aparece con una remera de Berkeley, todo esto en un marcado esfuerzo de producción de hacerlo pasar por un experimentado norteamericano. Uno de sus principales consejos es utilizar un negociador externo que no esté involucrado emocionalmente en el conflicto, algo que Peter no aceptará: por nada del mundo se perderá el desafío de su vida, que es negociar con la vida de su gente. ¿Podrá Peter soportar esta nueva presión, distinta a las que suele manejar en cotidiano, pero que piensa llevar a cabo del mismo modo? Con el pasar del tiempo, sus superiores le harán saber que más allá del nivel alcanzado en la escala, todo en la vida puede resumirse en un asiento contable.



El guión de Secuestro, el típico ritmo noreuropeo, y el drama que se lee pero nunca llega a desbordar (al menos al estilo de Hollywood), hacen que este trabajo se presente sumamente interesante y casi sin desperdicio. Sólo hay que esforzarse un poco y no dejar que la bola caiga en el hueco previsto, aunque para allí se dirija. Si lo logra, podrá llegar al fin de la proyección con la pregunta anterior todavía vigente. Y la certeza casi única de darse cuenta quienes son los que verdaderamente tienen las armas.

Imdb: http://www.imdb.com/title/tt2216240/

No hay comentarios:

Publicar un comentario