domingo, 2 de noviembre de 2008

Los extraños



Los extraños es una película catalogada como de terror, aunque en realidad sería más justo encuadrarla bajo el mote de paranoico post-atentados del 11 de septiembre (ya a esta altura del partido estaría bueno utilizar el identificador “post Bush”, que de paso engloba todas las acciones terroristas en general)

Una vez más, nosotros en casa tranquilos y viene alguien a atacarnos, no sabemos por qué, ellos tampoco lo saben, pero bueno, son así, no nos pueden ver felices. Kristen y James (Liv Tyler y Scott Speedman) son una pareja que en realidad no son tan felices: de hecho sobrevuela sobre ellos la idea de la ruptura, justo después de venir de la boda de un amigo. Es así que ya de madrugada vuelven a su casa, que en realidad es la casa de veraneo de los padres de James, e intentarán recomponer la situación entre ellos, pero sin éxito.

Es entonces que la pareja será acosada por extraños desde afuera de la casa: toda una alegoría.

Las escenas se suceden con un grado de previsibilidad alarmantes. Se producen insistentes golpes en la puerta, el teléfono se corta cuando la comunicación por fin se establece, el móvil se queda sin baterías, el correr de las cortinas con suavidad hasta el último instante, la imagen de la puerta como último elemento a vulnerar, todo acompañado por una música que nos indica prudentemente cuándo tememos que comenzar a asustarnos. Y allí dónde se confunde (o no) el criterio, y nos venden películas que dicen ser de terror, pero en realidad son de susto.





A la par de las escenas, las frases hacen lo suyo: “Sólo nosotros y ellos”, “Necesitamos un arma”, y se llega a un punto dónde el afuera y el adentro no son límites, ya que el terror domina por doquier.

Por parte de los agresores, un grupo de tres personas que permanecen con las caras cubiertas por máscaras, no se puede alegar locura o insanía alguna, ya que hay premeditación, cálculo, ajuste y precisión en el detalle. No se trata de cualquier loco que salió con ganas de divertirse y dio con una pareja desprevenida: esta gente sabe bien lo que hace, o al menos el director se encarga de hacer que así lo veamos, como un elemento que fortalece el carácter alegórico de la película.

La aclaración inicial de que este film está basado en hechos reales intenta reforzar el miedo, pero lo único que logra es despertar más desconfianza. El mejor anticuerpo de una sociedad facista es construir el hecho de que el terror viene de afuera, y no de adentro, cuando en realidad de dónde viene es de arriba.
Para representaciones serias, nada mejor que Funny Games de Michael Haneke: aquello no era horror, era terror propio de situación social en dónde no hacían falta las máscaras.

Imdb:http://www.imdb.com/title/tt0482606/

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